¿EXISTE EL DESTINO?
ESTUDIO DESDE EL
PSICOANÁLISIS INICIÁTICO DE LA
PELÍCULA “FORREST GUMP”
Por Juan Carlos Pons López
Nota: se sugiere al lector leer el análisis y luego ver la película. O viceversa.
Resumen de la película
“Forrest Gump” es una película estadounidense
cómico-dramática estrenada en 1994. Está basada en la novela del mismo nombre
del escritor Winston Groom, la película fue dirigida por Robert Zemeckis y
protagonizada por Tom Hanks, Robin Wright, Gary Sinise y Sally Field. La
historia describe varias décadas de la vida de Forrest Gump, un nativo de
Alabama que sufre de un leve retraso mental y motor. Ello no le impide ser
testigo privilegiado, y en algunos casos actor decisivo, de muchos de los
momentos más transcendentales de la historia de los Estados Unidos en el siglo
XX, específicamente entre 1.945 y 1.982.
La primera escena: la
pluma
La pregunta clave que
subyace en todo el argumento de la película se muestra a través del simbolismo
de la escena de la pluma en el inicio de la película. La cuestión que la
película trata de develar es la siguiente: ¿existe el destino? ¿Estamos
predeterminados? ¿Construimos nosotros nuestro propio destino? ¿Tenemos libre
albedrío?
En respuesta a estas preguntas trascendentales que el hombre
se ha realizado desde sus inicios, al inicio de la película se muestra una
pluma que, volando por los aires, se deposita ante los pies de Forrest
Gump.
Este simbolismo nos indica lo que el hermetismo nos ubica
desde sus bases: que la realidad densa se mueve a partir de la realidad sutil.
También las vueltas aparentemente aleatorias y caprichosas que realiza la pluma
por el aire representan lo programado en el hombre común, el cual permite que
su destino sea dirigido y que no interviene en crearlo. De hecho, la pluma se
coloca en el hombro de un hombre de negocios común, pero éste no advierte su
presencia: el hombre común no advierte que es lo sutil lo que dirige su
destino. Sin embargo Forrest, dotado de una sensibilidad especial, si la nota.
Toma entonces él la decisión de guardarla en un libro de
cuentos que porta en su maleta (la maleta representa todo aquello que le es
útil en la vida). Es curioso que la pluma se deposita justo a sus pies,
indicando por una parte como desde lo sutil se le pon en juego su problema
infantil de dificultad de caminar, pero por otro lado “a sus pies” quiere decir
“la realidad la creas desde lo sutil, lo cual está a tus pies, a tu servicio”.
Deja pasar varios autobuses (elige su destino). La enfermera
de piel negra que se sienta a su lado prácticamente lo ignora. Habla de sus
zapatos (el recurso para andar por la vida) y dice que los zapatos dicen mucho
sobre el recorrido (iniciático) que ha tenido la persona, y comienza a evocar
los zapatos que ha tenido. Su madre representa para él su maestra y le hace espejo
de su propia sabiduría interior.
Tom Hanks interpretó esa pluma así, y lo cito: «Nuestro destino solo se define por cómo
barajamos los cambios en nuestra vida y eso es lo que encarna la pluma mientras
es mecida por el viento. Puede aterrizar en cualquier lugar y lo hace a tus
pies. Son muchas las implicaciones teológicas».
El aspecto simbólico de
la numerología en la película
Durante el transcurso de la película se ponen en juego
algunos símbolos de la numerología que iré explicando según estemos avanzando en
el desarrollo de la película.
La visión Junguiana del
destino presente en la película
La cosmovisión de Carl Jung aparece también en la película.
Dijo él en una ocasión: “Aquellos que no
aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia
cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo
que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas, te somete; lo que aceptas,
te transforma”.
Durante la película, observamos que la misma situación se
repite a los personajes, especialmente a Forrest, bajo formas diferentes, pero
en esencia la misma situación, y hasta tanto no le da respuesta el destino se
la sigue colocando delante de sí.
La concepción del
tiempo
Desde el análisis iniciático del tiempo, esta película
transcurre entre dos concepciones del tiempo:
a) el tiempo lineal, que transcurre en
una parada de autobús, mientras Forrest Gump le cuenta a las personas que se
sientan a su lado en el asiento de la parada situaciones de su vida personal.
b) El tiempo circular, que transcurre en
el registro de su imaginario, registro en el cual revive acontecimientos de su
vida que precipitan en la razón por la cual él está en la parada de autobuses.
También el tiempo circular transcurre cuando el destino le coloca una y otra
vez las mismas circunstancias en esencia pero bajo formas diferentes.
Los tres registros del
psiquismo en la película
En la película se muestra el uso del registro de lo
imaginario (que se moviliza en el tiempo circular a través de los recuerdos de
Forrest) y en lo real (en la parada de autobuses, en tiempo lineal). En una
inmensa mayoría, la película transcurre en el imaginario.
Los paradigmas
imperantes y sus programas automáticos
Dada la inmersión histórica de la película entre los años
40’s y 80’s, el paradigma religioso está presente durante todo el tiempo en la
película, aunque el paradigma político y científico también aparecen en algunas
escenas, siendo el económico en apariencia el menos importante, quizá por estar
dotado en la vida de un referente materno muy positivo.
Dado que su nombre le fue dado por su madre en alusión a un
líder del Ku Klux Klan, dentro de su nombre ya está programado en automático el
rol de salvador.
Las zonas de pantano
Es muy evidente que Forrest se metía en las zonas de pantano.
Su preferencia era hacer la función de salvador, aunque en ocasiones en la
película se mostró como el victimario (por ejemplo, en las escenas donde le da
una golpiza a los novios de Jenny).
Los referentes materno
y paterno
Forrest debe vivir una vida con un referente materno muy
marcado (la incentivación está presente todo el tiempo) pero una ausencia de
referente paterno, ya que su padre abandona a Forrest y a su madre. Esto hace
que su vida sea llena de incentivos, pero errática y sin dirección.
Desarrollo de la
película
El director de su colegio indica que Forrest tiene un coeficiente
intelectual bajo, es decir, niveles de retraso mental. Su madre debe
prostituirse con el director para que Forrest pueda ser admitido en la escuela
como un niño normal. Su padre los abandonó. Su único referente es el materno, la
incentivación, pero le faltará dirección en la vida por la ausencia de
referente paterno.
En su primer día en la escuela, cuando se sube al bus, nadie
quiso dejarlo sentarse a su lado por verlo “diferente”. Inclusive la que
conduce el autobús escolar es una mujer. Reiteradas veces en la película se
muestra que todo su mundo de referente es el materno. Una hermosa niña lo
invita a sentarse. Consigue en ella (Jenny) una amiga inseparable.
En una escena, unos chicos se meten con él, le lanzan
piedras. Y esa es la escena donde gracias a esas Esfinges representadas en los
chicos abusivos, él logra superar los aparatos y comienza a correr sin
necesitarlos. Aquí se muestra que es solamente ante las dificultades como
crecemos. Pero por otra parte, la respuesta que da es desde la incentivación
que es algo que viene del referente materno que vive a través de Jenny,
cuando le dice “corre Forrest, corre”.
En una ocasión va a visitar a su amiga Jenny, que vivía en
una casa muy pobre. Su madre había muerto y su padre abusaba de ella y de sus
hermanas. Él no tiene referente paterno, y ella lo tiene distorsionado. Aquí
aparece una zona de pantano: Jenny y sus hermanas, las víctimas; su padre, el
victimario; y entonces Jenny ¿Qué buscaba en Forrest sino un salvador? Durante
una persecución que el padre les monta, Jenny y Forrest escapan, pero en algún
momento aparece el paradigma religioso: Jenny le pide a Forrest que rece con
ella. Es decir es una reafirmación de la zona de pantano (buscando un salvador).
El Universo sin embargo le contesta a Jenny y las leyes separan a la niña Jenny
de su padre y la entregan a su abuela. Esta escena te indica que los
automatismos del yo funcionan para lo que están programados: para mantenerte
vivo, pero no para hacerte feliz.
Cuando ya son jóvenes universitarios, se repite la historia
de los compañeros que tratan de abusar de él (la cosmovisión Junguiana de la
película). Es el paso de la magia cuando la Esfinge vuelve a aparecer aunque
creas que ya le has dado respuesta. Solamente que esta vez la Esfinge es más
rápida que él (vienen en un camión, no en bicicletas) y él debe idear otra
respuesta (correr por dónde no pueda entrar un camión y aprovechar la inercia
de la velocidad del camión a su favor: Wu Wei). ¿Por qué se repite la escena?
¡Porque es otra forma de falla la que se pone en juego! Porque la primera vez
le dio respuesta a su limitación de movilidad, y la segunda vez tuvo que dar
respuesta a su escasa inteligencia. Nuevamente aparece Jenny realizando la
incentivación y la figura materna.
El dar respuesta su falla corriendo hace que se fijen en él
unos entrenadores de fútbol americano en vista de lo rápido que resultaba, lo
que le da ingreso a la universidad. Por cierto el número que luce en su
camiseta (el 44) por un lado visto como número de dos dígitos es un número
maestro (la maestría en la materia) y visto reducido a un dígito es un 8 (4+4,
el poder, la competitividad, la perfección en la materia, el poder, la
abundancia vivida la materia desde el espíritu), lecciones que le tocó aprender
durante dicho período universitario.
Durante su época universitaria, comienza el paradigma de la
política. Las luchas raciales por la reivindicación de los derechos civiles y de
las personas de piel negra. Es decir, aquellos que son diferentes. En cierto
modo como a él quisieron hacerle creer que era diferente, pero su madre siempre
lo incentivó diciéndole “tú eres igual a los demás”. Esto hace alusión al
Diagrama de Peirce, Cuadrante I, Ante Los Inicios, 1+.
Mientras tanto, en la parada de autobús, lugar donde ocurre
toda la película en lo real, pasa otro autobús y Forrest tiene otra persona
sentada en la parada. Ninguna de las dos personas parecen más que ignorarlo. La
enfermera que estuvo de primero debe irse ya que éste es su autobús: Forrest
pregunta si es el número 9 (el que él debe abordar: número relacionado con la confianza
en los poderes divinos, con el fluir, el soltar, el entregar, el altruismo y
sentido humanitario) pero ella le indica que es el número 4(el número de la
materia). El 9 representa el por dónde debe llegar a su destino (el autobús es
el por dónde, el medio). Aquí se resalta nuevamente el tema que quienes lo
escuchan están sumergidos en por dóndes de la materia y no de lo humanitario.
Mientras la primera persona (la enfermera) se va en su autobús, una madre con
su hijo, la segunda persona en el banco, se aproxima a él y trata de entablar
conversación.
Mientras tanto, su amor de niños, Jenny, había elegido otro
novio. En una lluviosa escena, Jenny y su novio trataban de tener sexo en el
carro, y Forrest recuerda la escena donde ella huía de su padre, lo que le hace
suponer que él trata de hacer algo deshonesto con ella. A él se le juega el
salvador en la zona de pantano. Está reaccionando desde sus programaciones.
Mientras tanto, el soundtrack de la película toca el tema “But I Do” (“no sé
porque hago lo que hago, pero lo hago”, es decir, la declaración que el ser
humano tiene sus programaciones inconscientes). Ella por supuesto se molesta,
pero le conmueve su heroísmo y ella juega el papel de víctima, admitiendo que
él le ha salvado, llevándolo a tener sexo con él. Pero, al mismo tiempo, ella
le hace de salvadora (él es virgen todavía y ella viene a “salvarlo” de esto).
A él le invade el miedo, ya que Jenny representa su madre (complejo de Edipo) y
entonces ella cede ante esta programación de él y se cancela el acto sexual. Su
única mujer había sido su madre, y en consecuencia él la ve como su madre, y
por supuesto, lo que viene a su mente es cometer incesto.
Gracias al fútbol americano, lo seleccionan para el equipo
nacional de este deporte y conoce al presidente. Finalmente se gradúa en la
universidad y le ofrecen alistarse en el ejército. Ante la ausencia de
referente paterno, el lleva la vida que los demás le programan para él sin
cuestionamientos.
Por supuesto, la vida le vuelve a poner delante el episodio
del autobús, ya que él nunca dio una respuesta a esto… se limitó a buscar un
salvador. Pero esta vez ¡el conductor es una figura masculina, militar, ruda e
insultante! Se repite también la persona que lo acoge como Jenny, pero en esta
ocasión es una figura masculina de color negro. Benjamín Buford Blue (todo el
mundo le llama Bubba, es decir, tiene un conflicto de identidad: él es lo que
el otro ha dispuesto). Pero Forrest dice: me llamo Forrest Gump y todo el mundo
me dice Forrest Gump, es decir, en él ni siquiera hay un conflicto de identidad
ya que está demasiado programado al punto que no ve ningún conflicto. Le habla
de un barco de camarones donde él trabajaba. Lo de los camarones es una programación
familiar de Bubba.
Aquí también a través de las iniciales del nombre de su amigo
se simboliza algo. La triple B en numerología es el 222, que suma 6, número
relacionado con el compromiso familiar. En su nombre la película nos muestra su
compromiso con su programación familiar.
En la siguiente escena, el superior de la milicia lo aborda y
le pregunta: ¿cuál es tu único objetivo en el ejército? Forrest responde: hacer
lo que usted me mande. Y el superior le refuerza esa conducta. Nuevamente surge
el hombre programado por el paradigma político (el poder). Como estaba tan
programado por la sociedad, por supuesto que encajó perfecto en el servicio
militar. Mientras tanto su amigo Bubba sigue hablando de su tema: los
camarones. Se entera que Jenny se había metido a posar con Playboy y de
streeper en un bar, pero claro, él todo lo ve desde su inocencia. Incluso va al
bar a verla cantar desnuda. El sueño de Jenny (“sueño”) se había hecho
realidad. Era famosa y una cantante de folk. En realidad, lo programado en ella
por la ausencia de referente paterno. Surge un problema con un cliente abusivo
(como su padre) e inmediatamente la figura de salvador surge en Forrest. De
nuevo lo programado en ambos. Ella le recrimina hacer de salvador, y él dice:
no puedo evitarlo. Te quiero. Es decir, confundido por sus programaciones
automáticas.
El ejército lo envía a pelear a Vietnam. El teniente Dan que
les da las órdenes también está programado (por tema familiar) a luchar en las
guerras norteamericanas (y a morir en ellas, por cierto). Durante una de las
escenas, Bubba le ofrece trabajo pescando camarones. Mientras Forrest se
recordaba de Jenny y le enviaba cartas desde Vietnam, ella vivía la época de
los hippies en California.
Durante un ataque aéreo al pelotón, Forrest corre y se salva.
Pero luego por su programación de salvador regresa a ver dónde había quedado su
amigo Bubba. Por el camino salva a otro compañero, y luego otro, y luego otro.
Inclusive al teniente Dan. Finalmente consigue a su amigo Bubba y lo salva
justo antes que un fuerte ataque aéreo arrasa con todo. Sin embargo a causa de
sus fuertes heridas muere. Pero Forrest toma su proyecto familiar como propio, en
ausencia de referente paterno que dé dirección a su vida, lo que en
biodescodificación se conoce como proyecto sentido y asume una programación de
su amigo.
En el hospital, se revela que el teniente Dan se queda sin
piernas, mientras que Forrest solamente se recupera de una herida en los
glúteos. Allí se le muestra que todas
las cartas que le envió a Jenny vinieron devueltas. Se aficiona a jugar al
ping-pong. Allí otro compañero lo inicia en el juego (lo idéntico en lo
diferente, es que también es de piel negra). Resulta ser muy bueno.
Mientras tanto, el teniente Dan en una escena le recrimina
que lo haya salvado. Dice que todos tenemos un destino (programaciones
automáticas) y él deseaba morir en ese destino, como un héroe, con sus hombres.
Lo culpa de apartarlo de su destino, y le recrimina que ahora no es más que un
inválido. Esto hace referencia al libre albedrío y que no tenemos derecho a
intervenir en la vida de los otros para salvarlos. El teniente Dan se preocupa,
porque una vez que Forrest lo rescata de sus programaciones automáticas de
morir como un héroe en combate, ya no tiene respuesta del Sujeto. Representa al
ser humano que es “despertado” sin su consentimiento por los que están “más
despiertos”.
Evidentemente, la sociedad premia a Forrest por seguir lo
programado en él (salvador) y le otorga una medalla de honor al mérito. Pero de
pronto, al regresar a Washington, se ve rodeado de una manifestación en contra
de la guerra en Vietnam. Entonces un general del ejército sabotea sus palabras
cortando el sonido, y al final no llega a escucharse lo que dijo. Su
programación no le permitía decir lo que tenía que decir sobre la guerra de
Vietnam porque no estaba programado en él. En eso aparece Jenny de nuevo entre
la manifestación, ambos eventos lo retrotraen a sus programaciones: la figura
materna de nuevo. El yo siempre busca el estado anterior.
Jenny lo importa a su vida, junto con sus amigos hippies y
comunistas. Por cierto, el novio actual de Jenny también tiene el mismo
programa del salvador. Allí Forrest se da cuenta que su actual novio le pega,
con lo cual su programa de salvador nuevamente se activa. Entonces le da una
golpiza (cambiando a victimario) y Jenny y él se van de este ambiente. Pero
luego Jenny, víctima, necesita de nuevo a su novio agresor para poder
justificar su programa de víctima y se vuelve con él. La justificación de su
novio siempre es echar la culpa al afuera y decir que la violencia está afuera,
pero no asume su propia violencia interna. Lo curioso es que le dice al
despedirse de él “siempre seré tu chica” y acto seguido se va con el maltratador.
No hay coherencia entre actos y palabras.
Sigue en el ejército, pero jugando al ping-pong. Llega a la
selección nacional y juega contra los chinos. Sale en un programa de televisión
junto a John Lennon. A la salida se consigue con el teniente Dan que le envidia
y le recrimina por su éxito. Se queda con el teniente Dan a acompañarlo el fin
de año. El teniente Dan se refugia en la bebida ante lo que considera la
imposibilidad de hacer una vida fuera de su programación de morir en la guerra.
En la conversación surge el paradigma religioso. Luego en el bar donde esperan
el fin de año, Forrest le dice al teniente Dan que deberá convertirse en
capitán de un barco camaronero, porque, en sus palabras, “una promesa es una
promesa” (el valor en iniciación de la palabra como constructora de nuestra
realidad). En el hotel con la compañía de unas prostitutas, una de ellas se
burla de Forrest, a lo cual el teniente Dan sale en su defensa (quien también
está en las zonas de pantano, de víctima pasa a salvador), despide a las
prostitutas de forma agresiva. Y cuando Forrest trata de ayudarlo a levantarse,
prefiere hacerlo él y no volver a poner a Forrest en su automatismo de
salvador. Aquí el teniente Dan hace el primer intento más o menos serio de
salir de la víctima y de sus programaciones.
Mientras tanto, el equipo de ping-pong norteamericano es
recibido por el presidente Nixon, y Forrest es nuevamente invitado a la Casa
Blanca, repitiéndose su programación. Nuevamente recibe reconocimientos. Pero
también recibe una carta indicándole la finalización de su servicio militar y
por lo tanto de su etapa como jugador de ping-pong con el ejército. Vuelve a
casa. Le esperan ofertas de dinero por promocionar raquetas de ping-pong.
Poco después, se dirige a casa de la familia de Bubba. Visita
su tumba. Con el dinero de la publicidad obtenido por promocionar las raquetas de
ping-pong se identifica al programa de su amigo Bubba y se compra un barco
camaronero. Le pone por nombre Jenny. Mientras tanto, Jenny inmersa de nuevo en
el paradigma social de la época de la música disco esta vez, trata de
suicidarse. Pero es débil y no puede.
En uno de sus viajes a la mar, lo está esperando en el puerto
el teniente Dan. En coherencia con lo que le dijo en bar, que si él en algún
momento llegaba a capitán de un barco camaronero, él sería su primer oficial,
viene a cumplir con su palabra. Este es el primer momento bien serio del
teniente Dan de construir su propia realidad mediante el respeto a su palabra.
Sin embargo, no consiguen camarones. “Tal vez debas pedírselos a Dios” nuevamente el paradigma religioso hace su
aparición (salvador). Forrest se convierte al culto religioso. Pero sigue sin
camarones. Entonces le indica el teniente Dan: “¿dónde está tu Dios?”,
cuestionando el paradigma. Y según Forrest, Dios aparece en medio de una
descomunal tormenta. El noticiario habla de que la industria pesquera ha sido
“víctima” y la tormenta la ha dejado en la ruina total. Solamente el barco de
Forrest (Jenny) sobrevive a la tormenta (realiza una mínima diferencia
positiva, al menos 1 lo logra, cuadrante de Ante el Crecimiento en el Diagrama
de Peirce). Claro, después de eso, el barco estaba lleno de camarones dado el
largo circuito que debieron realizar para superar la tormenta y dar respuesta a
su falla (la falta de dirección en la vida, representado por el timón del
barco). Aquí se pon en juego que el cómo te lo brinda el Universo. El pidió
camarones, y el Universo le respondió en forma abundante, pero quizá no de la
forma cómo el esperaba que esto se diese. Gracias a eso su empresa de venta de
camarones se hizo exitosa.
Mientras tanto, en la silla de la parada de bus, un señor se
burla de él diciendo que él no puede ser el millonario dueño de la empresa
Bubba Gump de camarones, pero una señora anciana si se interesa en su relato.
Se va del asiento. Pero luego le presenta pruebas a la señora, una revista los
entrevistó. Pruebas que el primer hombre que se burla de él no puede acceder
porque ya se había retirado del asiento y de la parada. Estaba en otra
frecuencia diría la física cuántica. Esta escena se refiere a que hay que creer
para ver, y no a la inversa.
Después de un período muy extenso de oscuridad, el teniente
Dan recupera su luz y le agradece por salvarle la vida. Está comenzando a
existir desde un Sujeto en él, el primero de los Códigos Andinos: el Kausay.
Su madre enferma. Forrest otra vez sale apurado en programa
de salvador. Sale corriendo a visitarla. Se entera que se está muriendo. Su
madre le dice en cama que cada uno crea su propio destino. Y Forrest le
pregunta: “mamá, ¿cuál es mi destino?” a lo cual le responde su madre: “tendrás
que descubrirlo tú mismo” (es una respuesta que te daría cualquier maestro de
enseñanzas iniciáticas). Según sus propias palabras, mamá “tenía una forma de
explicar las cosas para que yo entendiera”. Ella siempre usaba lenguaje
simbólico y le hablaba en parábolas, de manera que enviaba los mensajes a su subconsciente.
Mientras tanto, volvemos a la parada, en donde la anciana
está visiblemente conmovida con el relato, y pasa otro autobús que él no elige
montarse. La anciana esperaba el autobús 7, número alegórico a la sabiduría y a
lo espiritual. La anciana le indica “ya vendrá otro”.
Su pueblo natal le ofrece trabajo cortando el césped. Como no
tiene referente paterno, acepta. Mientras tanto, el teniente Dan, que queda a
cargo del negocio camaronero, invierte el dinero en la empresa de discos Apple
Records. Le dice en una carta: “ya no tenemos que preocuparnos por el dinero”. Este
evento afortunado tiene que ver con el hecho que ambos cumplieron su palabra en
el barco camaronero. Comienza una etapa altruista (numerología 9). Como tiene
suficiente, dona a una iglesia bastante dinero y a un hospital de pescadores, y
a la mamá de Bubba. Pero seguía pensando en Jenny.
Y un día llega Jenny a su casa. Ellos comparten tiempo
juntos. Pero en algún momento llegan caminando a la casa de la infancia de
Jenny, con lo cual luego de un acto de catarsis lanzándole piedras a la casa es
evidente que ella no ha podido superar todavía los temas de su infancia con su
padre. Comparten un tiempo y actividades juntos. “Fue la época más feliz de mi
vida” comenta Forrest. Le propone matrimonio, pero ella lo rechaza. Esa noche
ella lo busca para hacer el amor, pero en la siguiente mañana ella se va
nuevamente. Él se encuentra desvastado.
Decide nuevamente ponerse a correr. “Sin ninguna razón” dice.
Más bien lo programado en él por Jenny. Comienza a correr por todo el país. Lo
curioso es que la televisión lo menciona como un “jardinero de Alabama” y no
menciona todas sus demás logros. ¿Amnesia social? Lo que él hizo sin embargo sirvió
de motivación para los demás. Tuvo la compañía de muchos corredores. Así como
deseo comenzar, deseó terminar de correr. Está en coherencia. Por supuesto que
las personas se desilusionaron de él. Está claro que en su toma de decisiones
no está incluida su mente, sino únicamente su corazón o su emoción. Este
episodio habla de cómo los seres humanos buscamos constantemente del maestro,
del salvador, del otro que nos valide a hacer o dejar de hacer.
Regresa a casa. Recibe carta de Jenny. Esa es la razón por la
que está en la parada. Tiene que tomar el autobús 9 (¡ya explicado!) y tendría
que ir hasta el 1947 de cierta calle (1+9+4+7=21=número de la carta del Tarot
llamada El Mundo, símbolo de realización plena), apartamento 4 (su número de
camiseta 44 del fútbol americano, número relacionado con los asuntos materiales
pero también con la salud). La señora de la parada le indica que la dirección
que busca queda a unas cuadras en cierta dirección, y resurge de nuevo el
corredor en Forrest. Lo incentivado por Jenny.
En esta cita en su casa, Jenny le muestra que lo venera como
a un héroe. Se entera que ha sido padre de una criatura. Sin embargo a la
criatura no se lo presentan como su padre. Nuevamente su hijo repite su
programa de ausencia de referente paterno. Aquí Forrest tiene una gran
oportunidad de reescribir el pasado de su falta de referente paterno en la
vida, razón por la cual ha dado tantas vueltas sin dirección. Jenny le anuncia
que está enferma de una enfermedad donde la medicina no le da respuesta
(paradigma de la ciencia). Ella le propone matrimonio (lo cual en otro momento
se lo propuso Forrest, y ella se negó) y él contesta: “bueno”. Ella desea ser
cuidada en sus últimos días, y elige amar lo que desea, elige sentirse en
coherencia con el resultado que persigue, y lograr así una conjunción de dos
formas de amor según los griegos.
A su boda llega el teniente Dan caminando con piernas de
titanio. Una boda pequeña. Hasta que finalmente Jenny muere. Al pie de su tumba
vuelve Forrest a recitar una frase que su madre le decía “la muerte forma parte
de la vida”. En este momento, cuando habla al pie de la tumba de Jenny, dice
“no sé si tiene razón mi mamá, o lo tiene el teniente Dan. Si todos tenemos un
destino y estamos flotando como una pluma en la brisa”. Aquí es donde se aclara
el significado de la pluma al inicio de la película. Al final piensa que ambas opciones
ocurren al mismo tiempo. Aquí la película da su respuesta a la pregunta
subyacente detrás de la misma. El destino existe, que es lo programado, y el
libre albedrío es la elección del Sujeto.
Forrest realiza el rol paterno con su hijo. De esta forma
logra avanzar hacia su crecimiento al actuar desde el Sujeto y no desde el yo
que lo programa.
Se repite nuevamente el episodio del autobús, pero esta vez
quien debe abordarlo es el Pequeño Forrest. Hasta tal punto es una repetición,
que el chico lleva el mismo libro que él llevaba al colegio. La pluma que él
había metido en el libro (al principio de la película) se cae del libro cuando
Forrest lo abre. Él tiene la tentación de explicarle al chico lo que no tiene
que hacer. Pero le permite tomar sus decisiones. La pluma se muestra luego, a
los pies de Forrest (el mismo simbolismo) pero luego ella se aleja volando
hacia el cielo.
En esta última escena, comprende que ha estado haciendo de
salvador toda su vida y reprime su deseo de hacer de salvador de su hijo y le
permite descubrir su propio destino. En la Enseñanza Iniciática hace lo que llamamos un "Arranque Bifásico", es decir, vuelve a comenzar una segunda fase en la situación aprendiendo y considerando todo lo que tiene que considerar.
Por lo tanto, la respuesta es: ambas. Existe el destino y
tenemos libre albedrío para modificarlo. El destino está enmarcado dentro del
yo y las programaciones, y el libre albedrío se decide desde el Sujeto.
Juan Carlos Pons López
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