viernes, 14 de abril de 2017

El Ego y Nuestro Falso Sentido de la Identidad

EL EGO Y NUESTRO FALSO SENTIDO DE

LA IDENTIDAD

Por Juan Carlos Pons López

“El ego es como tu perro. El perro tiene que seguir al amo, y no el amo al perro. Hay que hacer que el perro te siga. No hay que matarlo, sino que domarlo”
Alejandro Jodorowsky.

“Recortas y moldeas tu pelo, pero casi siempre olvidas recortar y moldear tu ego” – Albert Einstein.



Mucho se ha hablado en estos años pasados recientes acerca del ego. Se habla de él desde las Enseñanzas Espirituales, como el Budismo o desde Un Curso de Milagros. También se habla de él desde el Psicoanálisis: Freud, Lacan, Jung. Pero… ¿qué es el ego?

El ego, el yo, el otro, la personalidad, no es algo que sea tuyo en realidad. El ego no es sino es un conjunto de automatismos que provienen de tus padres, de tus profesores, de tus amigos, de la cultura en la cual te criaste de niño, de la música que se encontraba de moda, del medio donde viviste, del contexto social, político y económico en que naciste, es lo que se espera de ti, conceptos acerca de que es el un buen hijo, un buen padre, un buen amigo, un buen trabajador, todo esto en realidad no es tuyo: lo puso otro en ti y conforma tu yo, tu personalidad, tu personaje.

Según las neurociencias, las estructuras de tu psiquismo se forman desde tu nacimiento hasta aproximadamente los 7-8 años de edad. Por eso es que desde el punto de vista psíquico, todos somos niños y el psiquismo se construye como indicamos en el párrafo anterior, creando programaciones, hábitos, automatismos que luego funcionan de forma automática.



Estableciendo un símil informático, podemos decir que el ego está conformado por todos los programas que tienes en tu computadora, algunos te gustan, otros no te gustan, unos entiendes para que son, otros no, algunos ni sabes que están allí. Y otros son virus o ralentizan tu computadora. Al ego también lo compone un elemento muy singular en este símil: la pantalla de tu computadora, la personalidad.



Al ego no lo puedes eliminar. Sin el ego, no podrías interactuar con el mundo físico ya que se vincula no sólo con tu personalidad y tu cuerpo físico, sino que también son programaciones a veces útiles ya que nos defienden contra agresiones del mundo exterior. Por ejemplo, evitan que salgas a la calle y te atropelle un vehículo, o te ayuda a hacer la digestión de tu comida o a respirar sin tener que intervenir conscientemente en el proceso. Es como un piloto automático en un avión, a veces es necesario para permitir al piloto que descanse cuan do no es necesaria su intervención para el normal desenvolvimiento de su vuelo.

Entonces… ¿Qué hacemos con las programaciones automáticas que nos limitan y no nos permiten alcanzar lo que queremos?

La maduración del psiquismo consiste en poder poner corte a ese deseo que el otro ha programado en ti y comenzar a elegir lo que tú quieres para tu vida.

Como bien lo conoce la cosmovisión andina a través del Código Kausay, no hay un Sujeto, un Ser que exista previo, sino que lo que hay son un conjunto de programas dentro de un cuerpo biológico. La Enseñanza Iniciática te ubica que para construir un Sujeto en ti deberás apropiarte de estas respuestas. Es cuestión de lograr habitar al cuerpo físico para adquirir la Existencia.



Cuando tratas de limpiar toda esa serie de programaciones, de identificaciones, de respuestas automáticas, te encuentras frente a un vacío. Vacío que puede llegar a ser angustiante al principio. Luego descubres la Magnificencia intrínseca en este vacío. Este vacío te permite generar tu propia realidad. Esto se logra a través de un profundo trabajo de transformación personal.

Para entrar en este Camino Iniciático se requiere de valentía, ya que es bastante común el encontrarte con tus propios miedos, tus propias limitaciones, inseguridades, debilidades y vas a tener que enfrentarlas. La idea es que tu yo, tu ego, quede desenmascarado, desnudo frente a ti, para que de este acto pueda emerger el Sujeto.

Estos automatismos del yo hacen que cada vez que tú quieres lograr algo, un Resultado, y este Resultado está más allá de la programación de tu yo, tu yo se cuelga –siguiendo el símil informático- y trata de regresar “a la última pantalla”, entonces deberás activar al Guerrero en ti para bloquear estos adóndes de dirección que tiene automatizados tu yo.



Dirigirte a los adóndes de tu Sujeto requerirá un estado de alerta permanente y mucha estrategia, ya que estos automatismos en ti tienen su propia estrategia. Y muy eficiente, por cierto. El ego, como cité al principio del artículo de las palabras de Alejandro Jodorowsky tiene que estar al servicio del Sujeto, del Ser, y no a la inversa.

La verdadera humildad del iniciado no consiste en decir que eres menos que el otro, o en ser pobre, consiste en darse cuenta que ninguna de estas programaciones te pertenecen en realidad, sino que tendrás que hacerlas tuyas.  La humildad en realidad es poner en duda todas estas programaciones automáticas y trascenderlas. Esto se logra mediante un Camino de Transformación Personal.

Academia Júpiter
Director: Juan Carlos Pons López
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