lunes, 19 de diciembre de 2016

La Astrología como Camino de Crecimiento Personal

LA ASTROLOGÍA COMO CAMINO DE CRECIMIENTO PERSONAL

Por Juan Carlos Pons López




La Astrología es una tradición milenaria de la Humanidad. Se pierde uno en el tiempo cuando se desea rastrear sus orígenes. Se habla de sus orígenes desde la antigua Lemuria. Todos los grandes iniciados de la Humanidad han conocido sus técnicas, incluyendo hombres de ciencia, políticos y papas.


Sin embargo, desde la época del racionalismo científico, hablamos de la época de Newton, Pascal, Descartes… esta excelsa área de conocimiento, a mitad de camino entre las ciencias y las humanidades ha caído en manos de una vulgar simplificación de sus fundamentos. El hombre común de esta época dice no creer en la Astrología, en realidad en lo que no cree es en la simplificación de la Astrología que le proponen horóscopos y signos solares.


Pero… la Astrología no es una cuestión de creer o no creer. Es la ciencia de los ciclos que rigen tu vida y las humanidades que explican tu comportamiento desde mil ángulos diferentes y con un nivel de profundidad que sería difícil que lograses por ti mismo sin una herramienta como ésta. Decir “no creo en la Astrología” sería como decir “no creo en las Matemáticas, ni en la Física, ni en la Astronomía, ni en la Antropología, ni en la Mitología, ni en la psicología, ni en la Geografía, ni en las Ciencias Naturales, etcétera”. Más allá que la Astrología se apoya también en las Leyes Herméticas.

Más aún, la Astrología Iniciática te propone un camino de crecimiento y transformación personal. Va más allá todavía de la llamada Astrología Psicológica, porque no se contenta con explicarte en pleno detalle todo tu ser.


Este enfoque de la Astrología te permite, además del conocimiento de ti mismo, máxima del conocimiento esotérico, combinarla con los saberes de la Enseñanza Iniciática para proponerte, en primer lugar, desde cuáles programaciones automáticas de tu psiquismo actúas sin saberlo, sino también te desvela los por dóndes que facilitarán alcanzar aquel Resultado que te propongas.


Este enfoque es radicalmente distinto del enfoque predictivo, que te convierte en poco menos que una víctima de los astros, enfoque desde el cual tu caes en una zona de pantano conocida por el psicoanálisis iniciático (víctima, victimario y salvador), y solamente puede ofrecerte quedarte en esta cómoda zona de pantano, pudiendo caer en el deporte favorito de la humanidad: echarle la culpa a algún planeta. En especial los favoritos de la culpabilización son Saturno, Marte y Plutón. Tanto así, que en la Astrología Antigua se los llamaba maléficos.


Sin embargo, este enfoque ha quedado atrás. La entrada de la Nueva Era, a partir del 22 de diciembre de 2.012, ha traído un enfoque renovado a todo este tipo de herramientas ancestrales. Pero la Nueva Era no es algo que vaya a llegar en lo externo, es algo que debe producirse en el interior de cada uno de nosotros. A la Nueva Era se llega de uno en uno. Aun viviendo en el mismo planeta, durante un tiempo coexistirán dos humanidades diferentes: los que hayan apostado por un camino de crecimiento y transformación personal, y aquellos que siguen aferrados a los viejos cuatro paradigmas (política, economía, religión y ciencia) y apuestan por el cambio de lo externo.


Esta forma de ver el mundo entrega tu poder como ser divino a lo externo. Como en el Arcano I del Tarot de Marsella, El Mago representa al hombre como el constructor de su propia realidad.


Y precisamente, este nuevo enfoque la Astrología viene a recuperar lo que fue su función original. Una herramienta que te permite saber desde que programaciones inconscientes estás funcionando en modo automático, para que puedas llegar a Existir eligiendo el tipo de vida que deseas llevar y que no lleves una vida programada como la de un robot. Una herramienta que te permite saber cuáles son los momentos en los cuales las energías del Universo cooperan a tu favor y cuándo debes aprender a manejar energías adversas a tus resultados.

En resumen, una herramienta invalorable de crecimiento personal.



Astrólogo Juan Carlos Pons López






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