LA
ASTROLOGÍA DE LAS RELACIONES
Por
Juan Carlos Pons López
No cabe ningún
lugar a dudas que un aspecto fundamental de la vida humana tiene que ver con
las relaciones. La vida del ser humano sobre la Tierra requiere de la
existencia del Otro, no solamente referido a un tema básico que es la
supervivencia, sino también por un tema biológico y emocional. Desde su misma
creación, el hombre es un ser social.
Más allá del mero
asunto de la necesidad, las relaciones con el Otro nos muestran, como en un
espejo perfecto, aspectos de nosotros mismos que, sin la ayuda del Otro,
seríamos incapaces de observarlos en nosotros mismos. Es decir, que en
realidad, al relacionarnos con el Otro nos estamos relacionando con nosotros
mismos, ya que solemos ver al Otro no como es, sino como somos nosotros. No
podemos reconocer algo en el Otro que primero no forme parte de nosotros
mismos: no podemos hablar que nuestra pareja nos es infiel, si nosotros no
conocemos la infidelidad hacia nosotros mismos, no podemos ver la genialidad de
una persona si no reconocemos la nuestra propia.
Desde la
Astrología, y teniendo las cartas natales de dos personas, podemos evaluar
muchos aspectos de la relación que establecen. Entre otras cosas, qué tipo de
relación establecen: amorosa, amistad, compañeros de trabajo, socios
comerciales, vecinos, profesional, etcétera. Y también podemos establecer la
forma en que esta relación se lleva a cabo: que cuestiones la facilitan, que
cuestiones la retan, y que cuestiones permiten a ambos aprender de la misma.
Desde una
aproximación muy básica, podemos estudiar en cada carta cuál es el elemento de
la naturaleza que predomina: el fuego, la tierra, el aire o el agua. Esto puede
darnos una primera aproximación, aunque en mi experiencia he observado que esta
primera información no es concluyente.
Normalmente, las
personas con una carta natal donde predomina el elemento fuego son afines con
otras del mismo elemento y con el elemento aire, y viceversa; esto debido a que
el aire ayuda al fuego a avivarse y el fuego ayuda al aire a elevarse. También
son afines entre sí las personas con una carta natal donde predomina el
elemento tierra y agua; la tierra se refresca con el agua y el agua es
contenida por la tierra.
Hay también
factores muy personales en las cartas natales, tales como el signo que ocupan
el Sol, La Luna, el Ascendente o Mercurio, e incluso Venus y Marte, que en caso
que al comparar ambas cartas se establezca que existen ángulos que favorecen el
entendimiento, también es un factor de peso a la hora de evaluar no solamente
si una relación entre dos personas puede ser provechosa o duradera, sino qué
propósito tiene la misma para cada uno de los involucrados. De hecho, en las
relaciones amorosas, por ejemplo, es muy conveniente que Venus de la mujer haga
ángulos armoniosos con el Marte del hombre, y en ocasiones también viceversa. Estos
ángulos son los tan llamados inter-aspectos entre las cartas.
Una situación que
favorece mucho una relación por ejemplo con vistas a un matrimonio en una
relación amorosa, pero también en una relación de cualquier otro tipo, sería que estos puntos planetarios personales
de uno ocupen la llamada Casa VII del mapa del Otro.
Las llamadas casas
astrológicas juegan un papel fundamental en dicha evaluación. La casa I,
también llamada el Ascendente, habla de nuestra personalidad, de nuestro yo, de
la imagen que proyectamos hacia el mundo; mientras que la casa VII puede ser
considerada la casa del no-yo, de esa parte de mí que no acuerdo en manifestar,
y que por leyes herméticas, encontrarás que son los demás los que te la
manifiestan. Por eso, la casa VII habla del matrimonio, de los socios
comerciales, de amigos muy cercanos, en resumen de relaciones establecidas con
las otras personas de una manera formal.
Para llevar a cabo
el estudio más serio en relación a la compatibilidad entre dos personas, se
realiza una técnica astrológica llamada sinastría.
La sinastría muestra ambas cartas
superpuestas, una en el círculo interno, y la otra en el círculo externo. El
astrólogo experimentado puede dar muchísimas pautas a una pareja acerca de la
interacción que ambos experimentan en su cotidianidad observando este mapa
doble.
En primer lugar, la
naturaleza de una relación puede ser multinivel, algunos de estos niveles
conscientes y otros inconscientes. Es por esta razón que todos hemos vivido la
experiencia de conocer a alguien y que de golpe nos caiga bien, o por el
contrario, nos cae muy mal. Aquí se ponen en juego patrones subconscientes de pensamiento
y entonces no entendemos porqué nos cae bien o mal una persona. En otros casos,
podemos dar una justificación de porqué nos cae bien o mal. Aquí entran en
juego patrones conscientes.
En todas las
comparaciones entre mapas veremos situaciones armónicas e inarmónicas. En mi
experiencia como astrólogo, todavía no he tenido la oportunidad de ver una sinastría entre dos personas que calce a
la perfección. Siempre habrá aspectos fluidos, cuyo propósito es darle a la
relación la energía vital necesaria para trabajar los aspectos desafiantes.
Como cada persona percibe la vida de la manera como su
carta natal lo evidencia, entonces se requiere que la percepción de ambas
personas acerca de temas relacionados sea semejante o armónica para que la
relación fluya convenientemente.
También se puede
evaluar la llamada carta compuesta, que se calcula promediando las posiciones
planetarias de ambas cartas, y la cual establece la naturaleza de la relación.
¿Cómo es la relación? ¿Qué aspectos manifiesta al mundo? ¿Cómo se dinamiza?
¿Cómo se nutre? ¿Cómo se expresa? ¿Cómo crece? ¿Cómo se regula? Y un sinfín de
cuestiones que pueden ser analizados en esta carta.
Si te ha parecido
interesante el tema, te invito a escuchar y ver el programa que realicé para La
Caja de Pandora acerca de este tema en el enlace:
Academia Júpiter
Director: Juan
Carlos Pons López
Astrología – Tarot –
Numerología – Hermetismo – Enseñanza Iniciática
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