sábado, 19 de octubre de 2019

Acerca del miedo, por Juan Carlos Pons López

ACERCA DEL MIEDO, por Juan Carlos Pons López


La trampa más astuta que nos tiende nuestro ego es hacernos sentir separados, aparte, independiente y de esta misma idea surge el miedo a desaparecer, a no ser. Para lograr que ese miedo desaparezca, es oportuno que entendamos que que solo existe un solo Ser, y que por lo tanto aquello a lo que le tenemos miedo, lo que vemos como una amenaza externa, está dentro de nosotros mismos y solamente puede hacernos daño bajo nuestro consentimiento. Y también entender que el 99% de los miedos no están en el registro psíquico de lo real, sino de lo imaginario.

El miedo es una herramienta del ego para mantener esclavizada nuestra mente y es parte esencial de la falsa dualidad, en una realidad en la que todos somos Uno, por eso desaparece cuando entramos en la Totalidad. Solo cuando reconocemos la Divinidad en cada uno de nosotros y en todo lo que nos rodea, el miedo desaparece.
No hay nada fuera de ti, la luz y la oscuridad están dentro de ti, son parte de la polaridad que genera comprensión, para que puedas escoger en Consciencia lo que deseas experimentar en tu vida. Tu eres el Universo, todo existe para que obtengas comprensión y evoluciones, porque esas comprensiones expanden y alimentan lo que llamamos la consciencia individual y la colectiva.

En el momento en que comprendemos que nuestra consciencia evoluciona, que acumulamos sabiduría sobre el funcionamiento del Universo en muchas vidas y que esta sabiduría se convierte en dones, virtudes y habilidades gracias a las cuales cada vez nos equivocamos menos, somos más felices, mas humildes y respetuosos, el miedo que le teníamos a la muerte desaparece.

El propósito del miedo es crear por contraste, consciencia de los resultados de sufrimiento que produce, para que tomemos consciencia del daño que nos hace y evitemos ese tipo de pensamientos y de emociones negativas.

Y recuerda: el miedo necesita del futuro para existir, si regresamos al presente donde no está sucediendo nada, desaparecerá.

"Nada externo a mi puede hacerme feliz o hacerme daño, porque no hay nada externo a mi" (Un Curso de Milagros)

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